Dany Barboza

Hombres de poca fe. Totalmente. ¡Hay los discípulos de Jesús en esos tiempos!, ¡que incrédulos que eran! ¡Y estando ahí con el! ¡Que falta de fe! ¡Como no se daban cuenta! ¿Cuántas veces escuchaste estas frases o vos mismo las dijiste?Preguntas: ¿en tu iglesia ocurren milagros? ¿Se habla en lenguas? ¿Se dicen profecías? ¿Se manifiestan los demonios? ¿Se sanan los enfermos increíblemente? ver 1ra de Corintios 12. Leí en Generación Emergente, de Júnior Zapata, un comentario que me quedo grabado. “no vaya a ser cosa que de tanto clamar la presencia de Dios en la iglesia, de tanto pedirle que nos ayude a ver, comencemos a encontrar algo que no queríamos encontrar. Algo que sea demasiado pesado para la iglesia. Demasiado trabajo. Que sobrepase a la reunión del domingo en el que nos íbamos todos felices, cada uno a su casita” (recontra adaptado por mi)Recuerdo esto en mi cabeza. Y por eso este versículo retumba dentro de mí. Si todavía no le creemos –a pesar de tener la Biblia en nuestras manos- que los discípulos no la tenían. Repito: no la tenían. ¿Cómo podemos creerle de cosas del cielo? Oremos. Clamemos. Roguemos al Señor para que aumente nuestra fe. Para dejar de ser unos “domingueros” de una ves por todas. Para ver la realidad social. Toda esa juventud que cada día que pasa se pierden dentro de un ciber. Horas y horas enchufados a maquinas, dentro de un “negocio mental”. Totalmente hipnotizados por violencia, pornografía, drogas, superficialidad, maltrato y quejas de que sus padres no los entienden. Jesús si los entiende. No nos olvidemos de eso. Y a pesar de que nos falta entendimiento, a el precisamente, no le falta nada, entonces ofrezcámosle a el único que si los entiende, que los abraza, que los ama, que los apoya y lo quiere sin condiciones. Sin quejas. Hoy es tiempo de sacar a Jesús de las cuatro paredes en que lo pusieron generaciones y generaciones de religiosos. Hagámoslo hoy. Esta generación lo pide a gritos. Esta generación lo necesita.

“Dios no soporta a los malvados que le traen ofrendas y no son sinceros”.
Proverbios 21:27

Escuche en un programa de radio, como contaban de un relato interesante. ¿Alguna ves comiste colita de cuadril? Bueno es un corte de la vaca, muy delicioso. Pero como dice la frase, “colita”. Es decir, incluye esa parte. Esta mujer siempre cocinaba la colita de cuadril, pero le cortaba “esa parte”. Hacia que no tenga sentido preparar esa carne. A su esposo no le gustaba, por supuesto. No entendía porque cortaba la mejor parte de ese corte. Le pregunto una ves, y la mujer le contesto: -porque mi mama siempre me enseño a cocinarla de esa manera-. Tan simple como eso. Su marido seguía sin entender. Entonces se dirigió a la mama de su mujer (su suegra). Le pregunto lo mismo, a lo cual ella respondió: -yo la cocino así porque mi mama me enseño así, siempre-. El hombre seguía sin entender. Entonces busco a la mama de la mama de su esposa. La nona. Nona, le dijo, ¿Por qué le corta esa parte a la colita de cuadril? ¡Justo que es la mas rica! La nona le respondió: -porque mi sartén es de tamaño chico. Y la colita de cuadril no entra completa. Entonces siempre le corto esa parte-. Como ella hacia eso, y los demás vieron que lo hacia, nunca nadie le pregunto, y aprendieron así. Todos se acostumbraron a hacer lo mismo sin nunca preguntarse por que lo hacia de esa forma.
En la iglesia pasa lo mismo. Seguimos costumbres. Costumbres que ni siquiera muchos entendemos. Cantar himnos (no digo que esta mal hacerlo), pero no entender ni una palabra de lo que se dice, es como si nada. Leer la Biblia por leerla, como un libro más. Sin plantearnos interrogantes, sobre porque tal cosa o tal otra. Ofrendar para quedar bien. Bautizarnos por bautizarnos, sin entender lo que significa en verdad. Ir un domingo al culto por ir nomás. Porque están mis amigos. Y no plantearnos que vamos a celebrar las victorias y derrotas de la semana a la casa de Dios. Y la lista sigue. ¿Estas haciendo algo por el simple hecho de que te acostumbraste? ¿Te planteaste alguna ves porque vas a la iglesia? ¿Porque vas a reuniones, talleres, cursos, congresos, etc.? La colita de cuadril, completa es mucho más deliciosa. Sino es como le falta algo especial. Nosotros somos igual. La costumbre nos saca eso “especial” que le gusta a Dios. No le interesa que vayas de “onda” a la iglesia. Sino que realmente pienses:

Hoy voy a adorar a mi Señor, porque sin el no soy nadie. Lo voy a buscar y cantar con todo mi ser. Me voy a presentar yo mismo como un sacrificio vivo. Porque lo amo y lo sigo.

No dejes que, por que alguna ves la sartén le resultaba pequeña a alguien, vos tengas que adaptarte a ese tamaño. Cuando en realidad, Dios te puede usar para cosas que ni siquiera te imaginas.

Solo depende de tu actitud.


Querido Dios, gracias por recordarme que mi sartén, cuando la pongo en tus manos, es gigantesca. Enseñame a ver y creer en mi mismo que puedo ser usado por ti. Te ruego por las veces que caigo en la costumbre y pierdo ese amor con que un día te acepte en mi corazón y en mi vida. Gracias por mostrarme la esperanza Jesús. Amen.

“cuando ya era de día, salio y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos”
Lucas 4:42

Jesús era madrugador. ¿No es fácil levantarse cuando son las 5:30 horas no? Cuando recién sale el sol. ¿Porque se iba al desierto? Se iba a meditar y a orar con Dios. Necesitaba estar tranquilo, es por eso que buscaba un lugar que halla paz, que nada lo moleste.
Si Jesús hacia eso, y necesitaba apartarse para hablar con Dios, ¡cuanto mas nosotros!

¿Será que tenemos que hacer lo mismo?
¿Será casualidad que durante un campamento o retiro espiritual

es cuando mas nos conectamos con Dios?
¿Porque ocurrirá eso?

“Entonces Dios le dijo: sal afuera de la cueva y parate delante de mi, en la montaña”.
1ra de Reyes 19:11

Empezamos un nuevo año. Muchas expectativas e intrigas de lo que va a pasar. Hoy lo primero que hice al despertarme, es darle las gracias a dios por un nuevo año. Por nuevas oportunidades y esperanzas. Por supuesto pense nuevas metas y objetivos para mi vida. Pero veo que Dios nos pide algo. Que salgamos de la cueva en la que nos encerramos. Por diferentes motivos: miedo a algo o alguien, baja autoestima, falta de fe en Dios, etc. Nos reclama que a pesar de que la cueva existe, el quiere que salgamos de ella. Y que nos paremos delante de el. Que salgas para verlo, cara a cara, a Jesús. Para que el sea tu verdadero guía en cada proyecto que emprendas, en cada paso que des durante este año. Con Jesús todo es más fácil y más liviano. Porque el lleva tu carga. Pero como siempre, depende de vos. De lo que vos hagas y decidas.

De lo que vos le dejes a el que lleve.

Que Dios te bendiga en todos tus proyectos y metas. Que puedas ver y diferenciar cuando algo no es de su agrado y cuando si; y el te de las fuerzas y animo para volver a encaminarte en sus caminos cada ves que te desvías.

Nunca es tarde para Jesús.

¿De que esta formada la cueva de tu alma?
¿Qué podrías empezar a entregarle hoy a Jesús, para aliviar tu carga?

Querido Dios, gracias por un nuevo año, por un nuevo día. Quiero este año empezar una relación distinta contigo. Que estés en todos mi planes y si no es lo que tu quieres para mi, que me ayudes a saber diferenciar lo correcto. Gracias porque tu pones sueños en mi vida. Te pido toda tu dirección y sabiduría, para saber elegir de acuerdo a tu voluntad. Quiero que seas el arquitecto de mi alma. Nadie mejor que tu. En tu hermoso nombre Jesús. Amen.