Dany Barboza

“Dios no soporta a los malvados que le traen ofrendas y no son sinceros”.
Proverbios 21:27

Escuche en un programa de radio, como contaban de un relato interesante. ¿Alguna ves comiste colita de cuadril? Bueno es un corte de la vaca, muy delicioso. Pero como dice la frase, “colita”. Es decir, incluye esa parte. Esta mujer siempre cocinaba la colita de cuadril, pero le cortaba “esa parte”. Hacia que no tenga sentido preparar esa carne. A su esposo no le gustaba, por supuesto. No entendía porque cortaba la mejor parte de ese corte. Le pregunto una ves, y la mujer le contesto: -porque mi mama siempre me enseño a cocinarla de esa manera-. Tan simple como eso. Su marido seguía sin entender. Entonces se dirigió a la mama de su mujer (su suegra). Le pregunto lo mismo, a lo cual ella respondió: -yo la cocino así porque mi mama me enseño así, siempre-. El hombre seguía sin entender. Entonces busco a la mama de la mama de su esposa. La nona. Nona, le dijo, ¿Por qué le corta esa parte a la colita de cuadril? ¡Justo que es la mas rica! La nona le respondió: -porque mi sartén es de tamaño chico. Y la colita de cuadril no entra completa. Entonces siempre le corto esa parte-. Como ella hacia eso, y los demás vieron que lo hacia, nunca nadie le pregunto, y aprendieron así. Todos se acostumbraron a hacer lo mismo sin nunca preguntarse por que lo hacia de esa forma.
En la iglesia pasa lo mismo. Seguimos costumbres. Costumbres que ni siquiera muchos entendemos. Cantar himnos (no digo que esta mal hacerlo), pero no entender ni una palabra de lo que se dice, es como si nada. Leer la Biblia por leerla, como un libro más. Sin plantearnos interrogantes, sobre porque tal cosa o tal otra. Ofrendar para quedar bien. Bautizarnos por bautizarnos, sin entender lo que significa en verdad. Ir un domingo al culto por ir nomás. Porque están mis amigos. Y no plantearnos que vamos a celebrar las victorias y derrotas de la semana a la casa de Dios. Y la lista sigue. ¿Estas haciendo algo por el simple hecho de que te acostumbraste? ¿Te planteaste alguna ves porque vas a la iglesia? ¿Porque vas a reuniones, talleres, cursos, congresos, etc.? La colita de cuadril, completa es mucho más deliciosa. Sino es como le falta algo especial. Nosotros somos igual. La costumbre nos saca eso “especial” que le gusta a Dios. No le interesa que vayas de “onda” a la iglesia. Sino que realmente pienses:

Hoy voy a adorar a mi Señor, porque sin el no soy nadie. Lo voy a buscar y cantar con todo mi ser. Me voy a presentar yo mismo como un sacrificio vivo. Porque lo amo y lo sigo.

No dejes que, por que alguna ves la sartén le resultaba pequeña a alguien, vos tengas que adaptarte a ese tamaño. Cuando en realidad, Dios te puede usar para cosas que ni siquiera te imaginas.

Solo depende de tu actitud.


Querido Dios, gracias por recordarme que mi sartén, cuando la pongo en tus manos, es gigantesca. Enseñame a ver y creer en mi mismo que puedo ser usado por ti. Te ruego por las veces que caigo en la costumbre y pierdo ese amor con que un día te acepte en mi corazón y en mi vida. Gracias por mostrarme la esperanza Jesús. Amen.